Esos números misteriosos (I)

Las matemáticas son divertidas

Hace unas semanas enviaba yo a mis conocidos un correo en el que tras elegir un número y hacer con él unas operaciones, elegían de una lista un personaje al que admiraban y al que deseaban parecerse. Naturalmente, ese personaje era quien esto escribe.

Para empezar, una curiosidad matemática visible en forma de fotografía:

Todas las civilizaciones han considerado como mágicos a algunos números, otros como malditos. Los griegos, filósofos ellos, se pasaban el día filosofando sobre los números y los clasificaron de mucho modos: perfectos, primos, amigos…

En las religiones: el uno asociado a Dios, el 2 a Padre e hijo, el tres a la Santísima Trinidad, el siete en el judaísmo y el cristianismo, es nombrado con frecuencia…

Pero vamos a revisarlos uno por uno, empezando por el


Número 1

Representa lo activo, el padre, lo masculino, el nombre.

Significa el aleph hebreo cuyo equivalente español es la letra A que inicia el abecedario y alpha en griego, además del mes de enero que es el primero del año y el correspondiente al signo zodiacal de Aries, que también es el primero del horóscopo. Representa lo divino, la primera concepción del número impar. Para los pitagóricos su representación es el punto y para los antiguos hindúes el símbolo de la luna y la tierra.

Así, es el símbolo de la unidad, de lo único, de lo indivisible, lo que se diferencia de todo lo demás y por lo tanto del concepto de Dios, del universo, del comienzo (en el sentido en que lo registra el libro del Génesis). En alquimia es el andrógino hermético, es decir, la consumación de la pareja alquímica.

El 1 es la base de todo. Todo número no es ora cosa más que su repetición y es su medida común. Para las religiones monoteístas hay sólo un Dios, un universo, un mundo, un sol que lo alumbra. La inteligencia, el principio activo del universo, es la mónada o unidad, idéntica a sí misma, es decir, al número 1.

Número 2

Es la diada, la duplicidad, la multiplicidad, el principio pasivo, sujeto a cambios y combinaciones. Si el 1, significa el hombre, el 2 es la mujer, simbólicamente hablando, lo que puede ser fecundo, reproducirse, multiplicarse. Si el 1 es el centro de todo, el fondo del ser, el 2 es el antagonismo, las fuerzas que se oponen, lo que puede chocar entre sí. Se lo asocia con todo lo que es par y lo que aparece de a pares; los ojos, las manos, los brazos, las piernas, las alas.

Para los griegos simbolizaba lo desconocido, el caos, lo que no aparece claramente definido y que puede resultar perjudicial. Si los pitagóricos sostenían que el 1 podía simbolizarse con el punto, adjudicaban al 2 la raya. Si el 1 simbolizaba a Dios, el 2 representaba a la materia.

Para los romanos, era el más nefasto de todos los números existentes. Como adjudicaban a su dios Platón todos los presagios funestos, le otorgaron el segundo día del mes del año. Platón combinaba al binario con la diosa Diana, estéril y despreciada y los pitagóricos se abstenían de tal manera de utilizarlo que jamás servían una mesa con dos cubiertos ni encendían sólo dos luces en una habitación y supersticiones parecidas. Como comprobación de este hálito funesto, se señala que, en Inglaterra, los reyes Ricardo II, Eduardo II y Guillermo II murieron trágicamente, del mismo modo que Enrique II en Francia y Sancho 11, Enrique II y Carlos II en España. Sin embargo, para los nativos de cáncer, el 2 es uno de sus números de suerte.

Pero si el 1 es la unidad, y simbólicamente, Dios desde el punto de vista aritmético 2 es el primer número, puesto que se empieza a contar a partir de él. Además significa el par, la pareja, el mundo manifiesto y el mundo oculto que se contraponen, lo consciente y lo inconsciente, la realidad y el sueño. Es el fundamento de los antagonismos primarios, de todo juego dialéctico y de todo paso binario, .de la relación universal, de las analogías y las correspondencias. El 2 está compuesto de 1 positivo y 1 negativo.

Número 3

Desde el punto de vista geométrico es el primer número existente, puesto que se necesitan por lo menos tres puntos para conformar el triángulo que es la primera figura geométrica. Es el número de la Santísima Trinidad -es decir Dios en su expresión total- de la armonía y del equilibrio de los contrarios, rompiendo con la dualidad y el antagonismo y aportando una nueva posibilidad equilibradora. Para los pitagóricos es la causa de todo lo que tiene tres dimensiones y, por lo tanto, ingresa en el terreno de la psicología. Es la tríada, el mundo, el resultado de la inteligencia (activa) más la materia (pasiva).

Desde los tiempos más remotos, el 3 era merecedor de veneración y se lo consagraba a las cuestiones divinas. En Egipto, en la India y en Israel fue considerado como un número sagrado. Para Pitágoras era símbolo del mundo fenomenológico y participaba de la naturaleza de la mónada (1) y la díada (2). Es también el símbolo de lo eterno y para los cristianos primitivos de la existencia, del movimiento y el equilibrio entre ambos extremos.

Los hindúes lo llamaban Rama o Guna porque para ellos había tres Ramas (fuego de tres clases) y 3 Gunas (cualidades de tres clases). Si el 1 es lo activo, el padre y 2 es lo positivo, la madre, por ser la suma de ambos, 3 es el Hijo. Pero no sólo representa a la Santísima Trinidad de los cristianos sino que, en la religión hindú, también representa a la Trinidad de Brahma (Brahma, Vishnú y Silva). Aún hoy subsisten en la India muchos creyentes de estas divinidades. Los brahmanes tienen 3 grandes Vedas, 3 Margas o caminos de salvación, tres Gunas, 3 Lokas (cielo, tierra, infierno), tres joyas de la sabiduría. Siva tiene 3 ojos en la frente.

Es un número neutro igual que todos sus múltiplos. Para los griegos era la base de todo lo conocido por lo que, al realizar sus presagios, lo hacían sobre un trípode. Bebían 3 veces en honor de las 3 Gracias, del mismo modo que dividían el mundo bajo la égida de Júpiter, Neptuno y Plutón, las 3 divinidades. Diana poseía 3 caras y había 3 hespérides, 3 parcas, 3 furias, 3 harpías y 3 gorgonas.

Tres cuerpos tenía Gerión y 3 cabezas el Cancerbero que custodia las puertas del infierno. Para las antiguas religiones escandinavas, la mitología indicaba que el árbol que sostenía el mundo contaba con 3 raíces y había 3 hadas en la morada de los dioses.

Tres eran los golpes que se daban a la puerta, 3 el conteo previo a la señal de largada de cualquier juego o carrera, 3 las opciones que a los seres humanos se plantean con más frecuencia.

Los egipcios reconocían tres cuerpos en el ser: Dyet, el cuerpo físico; Ka, el cuerpo fluido y Ba, el espíritu. El reino mismo de Egipto se hallaba dividido en tres partes: el alto Egipto o las Tebaidas, el Egipto medio o central y el bajo Egipto. Cada una de estas zonas se hallaba dividida en diez provincias, cada una de las cuales gozaba de la protección de un dios en particular, por lo que había 30 dioses, que se agrupaban de 3 en 3, con lo cual expresaban simbólicamente la concepción ternaria de la realidad (mundo natural, mundo filosófico y mundo religioso). A la vez, la ciencia jeroglífica absoluta se basaba en un alfabeto (que ha llegado a nosotros a través de inscripciones en piedras, tablas, muros y monumentos) en el que los dioses se representaban con letras, las letras con ideas, las ideas con números y los números con signos perfectos. Este alfabeto se halla contenido en el célebre Libro de Tot en el que se inspiraron los hebreos y del que, se estima, nació el juego del Tarot. En la realidad es la copia de una tabla de Isis, aún más antigua, que se halla dividida en 3 partes iguales. En la superior figuran las 12 casas astrales o celestes, en la de abajo las 12 estaciones y en la del medio los 21 signos sagrados correspondientes a las letras. Como puede advertirse, todos estos números son múltiplos de 3.

Tres fueron los Reyes Magos que siguieron la estrella de Oriente para llegar al portal de Belén. Tres el número fatídico de cigarrillos que no deben encenderse con una misma cerilla pues significará la muerte para el tercero. Asimismo, 3 son los golpes que se dan los católicos en el pecho al rezar el pésame, 3 los antiguos golpes en la elevación y 3, generalmente, las repeticiones en las oraciones. El signo de Escorpio contiene 3 identificaciones (águila, serpiente y escorpión o lagartija gris). Según el Evangelio, Pedro negó a Cristo 3 veces antes que cantara el gallo y la tradición popular reconoce en este número al símbolo de la posibilidad, a través de dichos tales como «no hay dos sin tres» o «la tercera es la vencida». Por último, cabe agregar que se lo considera un número de buena suerte.

Número 4

Siguiendo el sistema tradicional de sustituir números por letras, el nombre de María Antonieta, reina de Francia, (la 13, número generalmente considerado fatídico. Pero en la prueba del 9, el resultado de 13 es 4. El 4 no es considerado un número de mala suerte, sin embargo, María Antonieta se casó con el Delfín el 16 de mayo de 1770; 16 es múltiplo de 4 o, dicho de otro modo, es 4 veces 4. Fue la desdichada esposa de Luis XVI (otra vez 16 que es 4 veces 4) Y nació un 2 de noviembre (2 + 11 = 13, es decir 4 según la prueba del g). Su vida infeliz culminó en la guillotina el 16 de octubre (nuevamente aparece el 16, 4 veces 4). Por el contrario, en algunos cultos de macumba que aún hoy se practican en el centro y nordeste de Brasil, las velas se colocan de a 4 en la ceremonia, 4 son los floreros que se ubican debajo de la figura de cada santo y el acompañamiento de percusión del ritual sólo puede ser realizado por 1 o 4 músicos. Las oficiantes pueden bailar- libremente hasta llegar al número de 4 y se, hace necesaria una ceremonia previa antes que puedan incorporarse nuevas bailarinas. Asimismo, para honrar a la diosa Yemanjá, se acostumbra sí arrojar 4 coronas de flores al mar. En algunas prácticas de vudú de la República Dominicana, también el ritual es iluminado por grupos de 4 velas y algunos creyentes enlazan una cinta 4 veces sobre su brazo izquierdo. Cuatro eran las invocaciones a los atlantes de Tula antes de la llegada de los españoles y aún hoy subsiste el hábito de prolongar durante 4 días la fiesta de homenaje al mar en el istmo de Tehuantepec. En la antigüedad, la mayoría de los pueblos se referían a Dios mediante nombres de cuatro letras como el Deus latino o el alemán Gott. Para los cristianos, cuatro son los evangelistas (San Juan, San Lucas, San Marcos y San Mateo). Para los masones los 4 elementos básicos para el hombre (tierra, aire, fuego y agua) se hallan por gnomos, sílfides, dragones y sirenas.

En la química antigua se suponía que todo estaba compuesto apartir de cuatro elementos: aire, fuego, tierra y agua.

Número 5

Simboliza la aspiración al conocimiento, cuya figura geométrica es el pentágono (5 puntas). En el Tarot corresponde a la figura del Papa.

Es el número del ser humano compuesto por 2 (la dualidad, la contradicción) más 3 (la armonía y el equilibrio de los contrarios). Es un día nefasto en los meses de enero y abril. Corresponde al día jueves y al mes de mayo. Para los brahmanes, la identificación con el ser humano y el número llega a tal grado que consideran que son 5 los atributos del hombre: forma, percepción, conciencia, acción y conocimiento.

Para Pitágoras, sin embargo, el 5 era el símbolo del matrimonio por estar compuesto por la unión del número par (2) con el impar (3), puesto que el 1 no era incluido ya que se lo consideraba como al padre de todos los demás. De acuerdo a su valor numérico, corresponde en hebreo a la letra Hé y en griego a Epsilon, con un equivalente castellano (te E-H. Es el número del signo zodiacal de Piscis y, según los pitagóricos, pertenecía a la diosa Juno, protectora de las uniones. Tal vez por ello, en los matrimonios romanos los invitados ingresaban al salón donde se desarrollaban las ceremonias de 5 en 5 y había encendidas 5 velas.

Para la religión y las costumbres de los hebreos, este número también poseía excepcional importancia. Cinco eran las ofrendas a los sacerdotes, los alimentos que podían ingerir en el campo, las ropas que José regaló a su hermano Benjamín los hermanos que José presentó al Faraón y las piedras que cogió David para pelear contra Goliath. Por otra parte, Jesús (cuyo nombre se compone de 5 letras) predijo 5 veces su pasión y fue herido 5 veces.

Por hoy... es suficiente. Dedicaré dos capítulos más a los numeros.


Y como final, un juego matemático:

1) Piensa un número (629, por ejemplo).

2) Suma sus dígitos (6+2+9 = 17)

3) Resta el valor anterior del número pesando (629 -17 = 612)

4) Elimina un dígito del número anterior (612, elimino el 6 y me queda 12)

5) Si todo lo anterior se lo haces a un persona, sin tu conocer ninguna de las cifras anteriores, pídele el resultado final (12). Y le deslumbrarás diciendo que el número que ha eliminado es el 6 (ojo, digo el eliminado, no el que pensó)

Solución: Cuando te diga 12, busca el multiplo de 9 más próximo, en este caso el 18. Desde 12 a 18 hay 6... pues 6 es el numero eliminado... jeje

Saludos

Ismael

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
- Si se da como un árbol, que se pega alrededor . - El hombre más interesante del mundo

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