Autopsia de un asesino
Un método de intoxicacion habitual es el consumo de tabaco. En el extremo del cigarrillo que se está
quemando se alcanzan temperaturas próximas a los 1000 ºC, lo que
transforma numerosos componentes originales de la planta y genera
complejas reacciones químicas que dificultan la identificación
completa de todas las sustancias que existen o se generan en el
proceso de fumar.
Hasta ahora se han reconocido cerca de 5.000 sustancis químicas
tanto en la fase gaseosa como en la sólida o de partículas del humo
del tabaco. Es bastante diferente la composición de la corriente
principal que aspira el fumador y la secundaria que se escapa del
cigarrillo al ambiente. Muchas sustancias nocivas presentes en el
humo están más concentradas en esta corriente secundaria (monóxido y
dióxido de carbono, amoniaco, benceno, benzopireno, anilina,
acroleína y otros muchos), lo que incrementa la toxicidad de la
atmósfera que genera.
La mayoría de los efectos
perniciosos del humo de tabaco, aparte de producir cáncer, se deben a
la presencia de monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, amoniaco,
ácido cianhídrico y acroleína, entre otras sustancias.
Quizás te suene el siguiente ser, abierto en canal:
Todos los componentes indicados son tóxicos, algunos altamente cancerígenos.
Acetaldehido:
Para bajas concentraciones, irritaciones de nariz, garganta y vías
respiratorias superiores. Para altas concentraciones, depresión del
sistema nervioso central, con problemas de vértigo, inconciencia y
muerte por parálisis respiratoria, como caso extremo. Tos y
dificultad respiratoria, edema pulmonar. Anemia y daño mental por
exposición crónica.
Acroleina:
Plaguicidad. Es una sustancia corrosiva y puede provocar una sensación
de quemazón, tos, dificultad respiratoria, jadeo y dolor de garganta.
Acetona: Disolvente.
La inhalación de los vapores, irrita el tracto respiratorio. Puede
causar tos, mareos y dolor de cabeza. Mayores concentraciones, pueden
producir depresión al sistema nervioso central, narcosis e
inconsciencia.
Naftalamina: Provoca cáncer en la vejiga.
Metanol: nauseas, molestias epigástricas y cefaleas. Si el tiempo de absorción es de algunas horas se presenta visión borrosa.
Pireno:
El Benzopireno presente en el humo del cigarro ha mostrado ser en gran
medida responsable el Enfisema pulmonar en pacientes fumadores. Además
de la Inflamación e Irritación pulmonar en estos pacientes el
Benzopireno ha probado inducir deficiencia de Vitamina A.
Nitrosmaninas: Altamente cancerígenas.
Naftalina:
La exposición a grandes cantidades de naftalina puede dañar o destruir
una porción de sus glóbulos rojos. Esto puede hacer que el número de
glóbulos rojos disminuya significativamente hasta que su cuerpo
reemplace las células destruidas. Esta condición se llama anemia
hemolítica.
Nicotina: El envenenamiento crónico por nicotina aparece
después de haber estado fumando empedernidamente durante años. Los
fumadores que inhalan el humo para satisfacer su necesidad de nicotina
están expuestos, con el tiempo, a grandes peligros para su salud. A
largo plazo, la nicotina daña, sobre todo, el corazón y la circulación.
El corazón late irregularmente (sístoles de más); muchas veces, el
paciente nota opresión y pinchazos en la región cardiaca, acompañados de
ansiedad e incluso angustias mortales. También se pueden producir
ahogos y espasmos vasculares, con los correspondientes trastornos
circulatorios. Debido al estrechamiento de los vasos, se produce una
sensación de frío y picor, sobre todo en las manos y en los pies.
Frecuentemente, se habla de los llamados corazones de fumador, una forma
parecida a la angina de pecho. En este caso, las paredes vasculares
interiores están engrosadas e inflamadas, por lo que se altera el
suministro sanguíneo al corazón.
Cadmio: La consecuencia más seria del envenenamiento por
cadmio es el cáncer. Los efectos crónicos que primero se observan son
daño en los riñones. Se piensa que el cadmio es también el causante de
enfisemas pulmonares y enfermedades de los huesos (osteomalcia y
osteoporosis).
Cloruro se vinilo:
Respirar niveles altos de cloruro de vinilo puede producir mareo o
somnolencia. Respirar niveles muy altos puede producir desmayos;
respirar niveles exageradamente altos puede causarle la muerte. Se han
notado cambios en la estructura del hígado de algunas personas que
respiraron cloruro de vinilo por varios años. Estos cambios son más
probables si las personas han respirado niveles altos de cloruro de
vinilo.
Mercurio:
La exposición crónica al mercurio puede causar temblores y alteraciones
de la personalidad y la exposición al metilmercurio puede dañar de
forma permanente el sistema nervisoso central. Puede afectar también al
riñón y al cerebro. La exposición crónica se determina con la
medición de la cantidad de mercurio en la orina.
Ácido cianhídrico:
Una concentración de 300 partes por millón en el aire es suficiente
para matar a un humano en cuestión de minutos. Su toxicidad se debe al
ion cianuro CN-, que inhibe la respiración celular. Su capacidad de
envenenamiento es superior a la del CO en los fuegos y permite
inmovilizar a una victima en un breve periodo de tiempo; este efecto
debe ser tenido en cuenta por los bomberos. Suele producirse por la
combustión de productos sintéticos tales como ropas, moquetas,
alfombras, etc. Su ingesta suele ser debida a la inhalación. Es el gas
que se emplea en la cámara de gas para aplicar la pena de muerte.
Toluidina:
En altas concentraciones puede provocar Labios o uñas azulados, piel
azulada, confusión mental, vértigo, dolor de cabeza, dificultad
respiratoria, náuseas, jadeo, debilidad, pérdida del conocimiento.
Amoníaco:
El amoníaco es un gas incoloro con un olor característico. Expertos de
la FDA han venido denunciando desde 1994 que el amoníaco actúa en el
tabaco aumentando los niveles de nicotina libre. Cuando la nicotina está
en forma libre se absorbe mejor en el organismo. Ha habido acusaciones
de añadir compuestos amonicales al tabaco para aumentar el efecto
adictivo.
Tolueno:
El tolueno puede causar dolores de cabeza, problemas de concentración,
irritaciones en la piel, nariz, garganta y ojos. Cancerígeno.
Arsénico:
Si un ser humano ingiere una gran cantidad de arsénico, en una forma
que se absorba fácilmente, puede provocar un envenenamiento rápido y la
muerte. El intestino, el corazón y el sistema nervioso se ven afectados.
Los que sobreviven a un envenenamiento severo pueden desarrollar
manchas de pigmentación en la piel y daños en los glóbulos rojos, la
médula ósea (donde se producen las glóbulos sanguíneos), el hígado, los
nervios y el cerebro. Una exposición a largo plazo a altos niveles de
arsénico en el agua de bebida puede causar un espesamiento de la piel o
la aparición de manchas de pigmentación en la piel, así como cáncer de
piel, pulmón, vejiga o riñón. La exposición en el lugar de trabajo,
sobre todo a través de la inhalación de aire, puede causar cáncer de
pulmón. Fumar aumenta el riesgo de este tipo de cáncer.
Fenol:
En seres humanos, los efectos de respirar fenol en el aire no se
conocen. Gente cuya piel fue expuesta a altos niveles de fenol sufrió
daño al hígado, diarrea, obscurecimiento de la orina y anemia
hemolítica.
En animales, respirar aire con altos niveles de fenol produjo irritación a los pulmones. Las exposiciones repetidas produjeron temblores musculares y pérdida de coordinación. La exposición a altos niveles de fenol por varias semanas causó parálisis y serias lesiones al corazón, hígado, riñones y pulmones, y en ciertos casos, la muerte.
Butano: Efecto anestésico.
Polonio:
El polonio 210 es el único componente del humo de los cigarros que ha
producido cáncer por sí mismo en animales de laboratorio por inhalación.
Los tumores aparecen con un nivel de polonio 210 cinco veces más bajo
que la dosis de una persona que fuma mucho.
Estireno:
Respirar niveles altos de estireno (más de 1000 veces más altos que los
que se encuentran normalmente en el ambiente), puede afectar el sistema
nervioso y causar alteraciones tales como fatiga, sensación de
embriaguez, reacciones lentas, dificultad para concentrarse y
alteraciones del equilibrio y de la visión de color.
DDT: Insecticida. Cancerígeno.
Alquitrán:
El Alquitrán es una sustancia untuosa, oscura, de olor fuerte, que se
obtiene de la destilación de ciertas materias orgánicas, principalmente
de la hulla y de algunas maderas resinosas. Además de utilizarse como
componente principal para la elaboración de cigarrillos se emplea en
pinturas, pavimentación, como combustible, entre otros.
Dado que se trata de un derivado del carbón del que toma su nombre, el alquitrán es una sustancia que se encuentra en el humo del tabaco. Es un residuo negro y pegajoso compuesto por miles de sustancias químicas, algunas consideradas carcinogénicas o están clasificadas como residuos tóxicos.
Dado que se trata de un derivado del carbón del que toma su nombre, el alquitrán es una sustancia que se encuentra en el humo del tabaco. Es un residuo negro y pegajoso compuesto por miles de sustancias químicas, algunas consideradas carcinogénicas o están clasificadas como residuos tóxicos.
El deterioro pulmonar es causado por el alquitrán ya que este obstruye los pulmones y al mismo tiempo afecta la respiración y del mismo modo, al igual que los otros componentes del cigarrillo, es el causante de la toxicidad, provocando una dependencia del tabaco y numerosas enfermedades.
Plomo:
El plomo se acumula en el cuerpo e inhibe las enzimas básicas
necesarias para la producción de sangre, de modo que el primer síntoma
sea la anemia que se manifiesta por fatiga, taquicardia, vértigos,
mareos, etc. Esto sucede con valores cercanos a los 50 ug/l de sangre.
Cuando se superan estos valores y se acercan a los 60 ug/l de sangre
aparecen afectaciones neurológicas graves como la encefalopatía y por
encima de los 80 ug/l de sangre tambien se pueden ver afectados los
organos digestivos con graves trastornos. El higado y los riñones
tambien sufren considerablemente por este tipo de intoxicaciones.
Ismael
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