Se me abre la boca
Bostezar: toda una ciencia
Es una acción muy normal entre todos los animales vertebrados. No responde a un reflejo sino a una pauta fija de acción.
Además de servir como ayuda ante la falta de aire en el cuerpo, también se cree que es una manera que tiene el cuerpo para enfriar el cerebro.
Aire
El bostezo
se caracteriza por ser una ‘sencilla’ y gran inhalación. Se abre la
boca de forma total, utilizando los músculos del cuello y de la
mandíbula de forma total, algunos músculos faciales, se lagrimea y se
saliva y, además, se abren las trompas de Eustaquio y se realizan
movimientos cardiovasculares.
¿Para qué? Pues bien. No está demasiado clara la función de una
acción tan arraigada en nuestra biología. Sin embargo, parece bastante
claro que responde a una demanda
de oxígeno por parte de nuestro organismo; por eso, cuando estamos
cansados y, en consecuencia, respiramos más despacio, la tendencia del
cuerpo es bostezar y alimentarse de aire, eliminando, de paso, gran
cantidad de dióxido de carbono.
Sin embargo, hechos como que los fetos también bostecen en el vientre
materno cuando sus pulmones aún no trabajan con ventilación propia,
hace pensar en otras funciones para el bostezo.
Enfriar el cerebro
Un grupo de científicos de la Universidad de Neuva Cork (Albany)
afirma, tras varios experimentos con voluntarios, que el bostezo no es
otra cosa sino una forma a la que nuestro organismo recurre para poder
enfriar el cerebro y dejar a éste trabajar con más lucidez.
Los ‘conejillos de indias’ bostezaban más en los momentos en que sus
cerebros estaban más calientes. De este modo, el bostezo es una manera
de regular la temperatura cerebral en las circunstancias en que los
restantes sistemas de nuestro cuerpo no lo pueden hacer con acierto.
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