De refranes y dichos populares (I)
De refranes y dichos populares: Estas últimas semanas hemos hablado en casa sobre el lenguaje: palabras que hemos olvidado, refranes, dichos populares... Hemos descubierto que muchas expresiones que en el pueblo empleábamos cuando jóvenes, han ido desapareciendo de nuestra memoria, de nuestro acervo cultural. Hasta el punto de no recordar ni significado ni forma... Todo surgió a raíz de un dicho de mi pueblo: "vas mu en forguetas"... Por este motivo, dedicaré varios comentarios a estos dichos y refranes populares, junto con su significado (que puede variar de una zona a otra, incluso dentro de la misma región)
El Diccionario dela Real Academia Española define el dicho como: "palabra o conjunto de palabras con que se expresa oralmente un concepto cabal".
ADIVINA QUIEN TE DIO
El Diccionario de
ADIVINA QUIEN TE DIO
Este hecho pone de manifiesto la dificultad que entraña, a veces, averiguar quién es el autor de cualquier acción perjudicial.
Procede del juego infantil de la gallina ciega, consistente en que una persona con los ojos vendados trata de identificar, por el tacto, al primero del grupo que haya atrapado. Entre los griegos tenía la variante de que el vendado, al quedar liberado, recibía un golpe en la espalda y debía acertar el nombre del autor del golpe, mientras éste u otro exclamaba: ¡Adivina quién te dio!.
COGERLA OCASIÓN POR LOS PELOS
Esta expresión coloquial indica que algo se ha conseguido en el último instante y ocasionalmente.
Los romanos denominaban «Ocasión» a una diosa personificada con figura de mujer hermosa y alada, como símbolo de la fugacidad con que pasan, ante el hombre, las ocasiones favorables.
La diosa «Ocasión» mostraba una cabeza adornada por delante con abundante cabellera y calva por detrás. Se expresa así la facilidad de "tomarla Ocasión por los pelos" siempre que se la aguardase de frente y la imposibilidad de hacerlo, si se intentaba por detrás, una vez que había pasado.
¿CUANDO HEMOS COMIDO EN EL MISMO PLATO?
Con esta expresión coloquial rechazamos las familiaridades inmotivadas.
Este dicho tiene su origen en el siguiente hecho: Cuando un noble invitaba a su mesa a personas de distinto sexo, la etiqueta prescribía que cada dama tuviese a su lado un caballero y que ambos utilizasen conjuntamente los mismos utensilios de mesa: un plato, un vaso, un cuchillo y una cuchara.
Existe una variación, creo que más actual: ¿cuándo hemos dormido juntos?
DAR EN EL CLAVO
Significa acertar en la averiguación de algo complicado y difícil.
Antiguamente existía un juego infantil, denominado «hito», que consistía en fijar un vástago de hierro a determinada distancia de los participantes, desde ese lugar arrojaban unos aros de hierro. Dar en el «hito» equivalía a acertar.
DARLA LATA
Este dicho significa fastidiar con cualquier inoportuna insistencia.
El origen de esta expresión ha sido objeto de muchas versiones, puede provenir de los dichos antiguos «dar la tabarra» o «dar la murga», que significaban el fastidio ocasionado por alguien golpeando elementos de percusión, tales como zambombas, palos y cencerros para festejar las segundas nupcias de un viudo o viuda. Al aparecer en el mercado la hoja de lata, los recipientes vacíos de este material fueron incorporados al equipo sonoro de las cencerradas. De donde, «dar la lata», es decir, utilizarla como elemento de percusión, no hizo sino abundar en el concepto tradicional de «dar la murga». Actualmente se utiliza más "dar la vara"
DE TIROS LARGOS
La citada expresión designa el vestido de gala o cualquier otro atuendo esmerado y lujoso.
En España, antiguamente, cada uno era libre de uncir a su coche el número de caballerías que le pareciese; pero sólo el rey y algunos nobles tenían derecho a colocar el tiro delantero a mayor distancia que los traseros, alargándolo por medio de largas correas de cuatro o cinco varas. A este tipo de arreo se le llamaba «tiros largos» y el modismo pasó, por extensión, al lenguaje coloquial.
EL ORO Y EL MORO
Este dicho se utiliza para ponderar el precio y el aprecio exagerado que se hace de una cosa.
Tuvo su origen durante las guerras de Reconquista. Un grupo de caballeros jerezanos, durante la mencionada guerra, consiguieron capturar a unos cincuenta moros importantes, entre los que se encontraba Abdalá, alcaide de Ronda y su sobrino Hamet. El alcaide obtuvo pronto su rescate mediante una cantidad considerable de dinero, pero no así los demás y su sobrino Hamet. Este, por indicación de su tío, fue trasladado a la corte. Los ecos del forcejeo entre el rey y los jerezanos transcendieron a la calle y la malicia del pueblo no tardó en murmurar si el monarca pretendía quedarse con el oro y con el moro.
Seguiré...
Ismael
Procede del juego infantil de la gallina ciega, consistente en que una persona con los ojos vendados trata de identificar, por el tacto, al primero del grupo que haya atrapado. Entre los griegos tenía la variante de que el vendado, al quedar liberado, recibía un golpe en la espalda y debía acertar el nombre del autor del golpe, mientras éste u otro exclamaba: ¡Adivina quién te dio!.
COGER
Esta expresión coloquial indica que algo se ha conseguido en el último instante y ocasionalmente.
Los romanos denominaban «Ocasión» a una diosa personificada con figura de mujer hermosa y alada, como símbolo de la fugacidad con que pasan, ante el hombre, las ocasiones favorables.
La diosa «Ocasión» mostraba una cabeza adornada por delante con abundante cabellera y calva por detrás. Se expresa así la facilidad de "tomar
¿CUANDO HEMOS COMIDO EN EL MISMO PLATO?
Con esta expresión coloquial rechazamos las familiaridades inmotivadas.
Este dicho tiene su origen en el siguiente hecho: Cuando un noble invitaba a su mesa a personas de distinto sexo, la etiqueta prescribía que cada dama tuviese a su lado un caballero y que ambos utilizasen conjuntamente los mismos utensilios de mesa: un plato, un vaso, un cuchillo y una cuchara.
Existe una variación, creo que más actual: ¿cuándo hemos dormido juntos?
DAR EN EL CLAVO
Significa acertar en la averiguación de algo complicado y difícil.
Antiguamente existía un juego infantil, denominado «hito», que consistía en fijar un vástago de hierro a determinada distancia de los participantes, desde ese lugar arrojaban unos aros de hierro. Dar en el «hito» equivalía a acertar.
DAR
El origen de esta expresión ha sido objeto de muchas versiones, puede provenir de los dichos antiguos «dar la tabarra» o «dar la murga», que significaban el fastidio ocasionado por alguien golpeando elementos de percusión, tales como zambombas, palos y cencerros para festejar las segundas nupcias de un viudo o viuda. Al aparecer en el mercado la hoja de lata, los recipientes vacíos de este material fueron incorporados al equipo sonoro de las cencerradas. De donde, «dar la lata», es decir, utilizarla como elemento de percusión, no hizo sino abundar en el concepto tradicional de «dar la murga». Actualmente se utiliza más "dar la vara"
DE TIROS LARGOS
La citada expresión designa el vestido de gala o cualquier otro atuendo esmerado y lujoso.
En España, antiguamente, cada uno era libre de uncir a su coche el número de caballerías que le pareciese; pero sólo el rey y algunos nobles tenían derecho a colocar el tiro delantero a mayor distancia que los traseros, alargándolo por medio de largas correas de cuatro o cinco varas. A este tipo de arreo se le llamaba «tiros largos» y el modismo pasó, por extensión, al lenguaje coloquial.
EL ORO Y EL MORO
Este dicho se utiliza para ponderar el precio y el aprecio exagerado que se hace de una cosa.
Tuvo su origen durante las guerras de Reconquista. Un grupo de caballeros jerezanos, durante la mencionada guerra, consiguieron capturar a unos cincuenta moros importantes, entre los que se encontraba Abdalá, alcaide de Ronda y su sobrino Hamet. El alcaide obtuvo pronto su rescate mediante una cantidad considerable de dinero, pero no así los demás y su sobrino Hamet. Este, por indicación de su tío, fue trasladado a la corte. Los ecos del forcejeo entre el rey y los jerezanos transcendieron a la calle y la malicia del pueblo no tardó en murmurar si el monarca pretendía quedarse con el oro y con el moro.
Seguiré...
Ismael
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