Seguimos con música

La variedad de música producida por el ser humano es casi infinita. Lo mismo los instrumentos para interpretarla.

Dentro de los instrumentos "raros" actuales se puede considerar el THEREMIN.

Es un instrumento electrónico que emplea la alteración de los campos eléctricos en las proximidades de un hilo conductor de corrente electrica o un antena, para producir una variación en la frecuencia sonora.

Los theremines originales estaban fabricados con las, entonces novedosas, válvulas de vacío, que presentaban problemas de mantenimiento y estabilidad térmica, además de necesitar altos voltajes para su funcionamiento, que, aunque no son un peligro para el ejecutante, si lo son para un intento de mantenimiento por inexpertos.

Actualmente existen multitud de firmas que comercializan versiones transistorizadas de theremines, que aun no teniendo la calidez del sonido valvular, son más robustos y adecuados para el transporte, de mucho menor consumo eléctrico y mucho más estables.

El diseño clásico consiste en una caja con dos antenas. Se ejecuta acercando y alejando la mano de cada una de las antenas correspondientes, sin llegar a tocarlas. La antena izquierda (desde el punto de vista de un ejecutante diestro) es horizontal y con forma de bucle, y sirve para controlar el volumen: cuanto más cerca de la misma esté la mano izquierda, más baja el volumen, y viceversa.

La antena derecha suele ser recta y en vertical, y sirve para controlar la frecuencia: cuanto más cerca esté la mano derecha de la misma, más agudo será el sonido producido.


Originalmente, su versión más primitiva fue llamada Aetherophone (que se podría traducir como Eterófono), y constaba sólo de la antena de tono. Dicho diseño fue tempranamente mejorado por el inventor, añadiendo posteriormente una antena para controlar el volumen tal y como hemos descrito. Actualmente, algunos de los modelos caseros y comercializados de Theremin disponen tan sólo de la antena que controla el tono, lo cual siendo rigurosos les convierte en realidad en un "Eterófono", y su uso frecuentemente es el de un aparato para efectos especiales más que un instrumento musical, al no poder acentuar ni separar las notas producidas.


También se han llegado a producir theremines de forma más o menos artesanal con formas de interactuar muy distintas, como por ejemplo, theremines ópticos que miden la cantidad de luz que les llega a un sensor.


Escuchemos su sonido:


Y, con un poco más de humor (no os perdais a "Trancas y Barrancas, las hormigas tras el músico):


Ismael


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